Los proveedores de pienso compuesto a menudo necesitan gestionar los materiales en varios puntos a lo largo del proceso de producción. Algunos factores como las intensas concentraciones de polvo, los espacios reducidos y las altas tasas de llenado y vaciado hacen que esta sea una zona difícil de monitorizar. La instalación de instrumentos en la tolva de pienso que puedan soportar temperaturas del proceso de hasta 80 °C (176 °F) y la alta carga mecánica resultante de la masa del fluido del proceso permiten un control automatizado del límite de nivel alto y bajo en este espacio desafiante.