Los sensores toroidales funcionan bien con líquidos altamente conductivos, hasta 2 S/cm (2 000 000 uS/cm). Estos sensores funcionan en aplicaciones de suciedad y corrosión donde los sensores de electrodos de metal fallarían. El diseño robusto del sensor hace que el Rosemount 228 sea ideal para medir las concentraciones de ácido, base y soluciones salinas.